Rosquillas de leche condensada
Hoy tengo un dolor de muelas que me tiene desesperada, y me temo que no voy a poder comer estas rosquillas que saben a gloria.
Pero seguro no va a faltar quien las coma...
Un secreto. Me salieron 40 y cuando terminé de freír ya solo había 36....
Había alguna mano que de vez en cuando aparecía y desaparecía al mismo tiempo que las rosquillas jajajajaja
Y es que son muy fáciles de hacer y la leche condensada les da un sabor y una suavidad incomparables.
Si yo me como la leche condensada a cucharadas, como me iba a poder resistir a hacerlas.....
La receta la encontré en una de esas visitas que hago por la red, en el blog sal azucarada.
Me llamo la atención el nombre y luego me quede encantada con las recetas que tiene.
Visitarlo si podéis....
Y ya sin mas vamos a la receta.
Yo he cambiado un poco las cantidades de leche y harina...
Necesitamos: un bote pequeño de leche condensada ( 370 gr), 500 gr de harina, 3 huevos, un sobre de levadura química, una pizca de bicarbonato sódico, ralladura de limón y azúcar y canela para rebozar.
En un bol ponemos los huevos y la leche condensada y lo batimos con barillas hasta que se quede esponjoso.
Tamizamos la harina con la levadura y el bicarbonato y lo vamos añadiendo a la mezcla anterior poco a poco. Ponemos la ralladura de limón.
Vamos amasando hasta que se nos quede una masa suave pero que no se pegue a las manos.
Formamos las rosquillas.
En una sartén ponemos aceite de girasol a calentar. Puede ser de oliva, pero las rosquillas se quedan un poco mas grasientas.
Cuando el aceite esté caliente podemos añadir una corteza de naranja.
Vamos friendo las rosquillas, y cuando estén doradas por ambos lados, ponemos en un plato sobre papel de cocina para que escurran el aceite.
Aumentan bastante de tamaño al freírlas, así que no poner muchas de cada vez en la sartén.
Y hay que controlar el aceite, ya que si está templado, estas absorben mucho, pero si está muy caliente se quemarán por fuera pero se quedarán crudas por dentro.
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Pero seguro no va a faltar quien las coma...
Un secreto. Me salieron 40 y cuando terminé de freír ya solo había 36....
Había alguna mano que de vez en cuando aparecía y desaparecía al mismo tiempo que las rosquillas jajajajaja
Y es que son muy fáciles de hacer y la leche condensada les da un sabor y una suavidad incomparables.
Si yo me como la leche condensada a cucharadas, como me iba a poder resistir a hacerlas.....
La receta la encontré en una de esas visitas que hago por la red, en el blog sal azucarada.
Me llamo la atención el nombre y luego me quede encantada con las recetas que tiene.
Visitarlo si podéis....
Y ya sin mas vamos a la receta.
Yo he cambiado un poco las cantidades de leche y harina...
Necesitamos: un bote pequeño de leche condensada ( 370 gr), 500 gr de harina, 3 huevos, un sobre de levadura química, una pizca de bicarbonato sódico, ralladura de limón y azúcar y canela para rebozar.
En un bol ponemos los huevos y la leche condensada y lo batimos con barillas hasta que se quede esponjoso.
Tamizamos la harina con la levadura y el bicarbonato y lo vamos añadiendo a la mezcla anterior poco a poco. Ponemos la ralladura de limón.
Vamos amasando hasta que se nos quede una masa suave pero que no se pegue a las manos.
Formamos las rosquillas.
En una sartén ponemos aceite de girasol a calentar. Puede ser de oliva, pero las rosquillas se quedan un poco mas grasientas.
Cuando el aceite esté caliente podemos añadir una corteza de naranja.
Vamos friendo las rosquillas, y cuando estén doradas por ambos lados, ponemos en un plato sobre papel de cocina para que escurran el aceite.
Aumentan bastante de tamaño al freírlas, así que no poner muchas de cada vez en la sartén.
Y hay que controlar el aceite, ya que si está templado, estas absorben mucho, pero si está muy caliente se quemarán por fuera pero se quedarán crudas por dentro.
Luego las vamos pasando por azúcar mezclada con un poco de canela y listas.
Espero que me quede alguna para poder "catarlas".......
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